viernes, 25 de febrero de 2011

Como perros o gatos

La Maestra Zen Charlotte Joko Beck  con frecuencia muestra la imagen de lo que naturalmente somos (o eramos) para referirse a la senda por donde debemos buscar. Dice la maestra Joko:
"La práctica consiste en volver a ese estado natural. Ser una persona natural no significa convertirse en una especie de santo. No obstante, (en este estado...) al no tener una noción de ser separados del mundo, hay siempre una bondad y una corrección innata en todos nuestros actos. Nuestras dos manos, por ejemplo, no se comportan de manera inadecuada entre si, porque son parte de un mismo cuerpo...Nuestra vida, en contraste es muy antinatural. Nos sentimos separados del mundo y eso nos expulsa del Jardín del Edén..."

Esto, imagino, debe tener relación con lo que lo que un antiguo koan nos pintaba como tratar de ver nuestro “rostro original”, o con la budeidad que todos llevamos dentro pero no podemos ver. Este no es un concepto que parezca fácil de entender: ¿Cómo podemos no ser como en realidad somos?. Un ejemplo que se me ocurre puede ayudarnos a entender mejor este concepto podría ser el de los los perros y los gatos, y que la Maestra Joko grafica bien al responder a uno de sus alumnos:
“Estudiante: Pienso que el hombre natural podría ser como mi gato, que se pasa la vida comiendo, durmiendo y haciendo lo que se presenta a cada momento, sin conciencia alguna y sin pensar en ello.
Joko: Esta descripción es bastante acertada. Los perros no serían un buen ejemplo porque nosotros los convertimos en lo que deseamos, pero los gatos son más independientes, más parecidos al hombre natural.”

sábado, 19 de febrero de 2011

Los cuatro mundos

Al respecto del mundo en el que nos movemos, dice la Maestra Zen Charlotte Joko Beck:
“Pero nosotros no vivimos de acuerdo con el sentido común…No deseamos aterrizar, eso no nos gusta para nada. Pero gústenos o no, la vida está hecha de una gran cantidad de cosas desagradables…”

Entonces, como dice la maestra Joko:
“El tedio de la vida cotidiana es el desierto por el que vagamos errabundos, buscando la Tierra Prometida.  Nuestras relaciones personales, nuestro trabajo y todas esas pequeñas actividades indispensables que no queremos realizar (Viernes de samu!! J) son el regalo… Este tedio es en realidad el rostro de Dios…Todo ello es la tierra prometida”
(…continuará)

jueves, 3 de febrero de 2011

Pintar o demoler?

Reconozco que en mi vida no he sido muy amante de pintar paredes para embellecer mi morada. Pero lo que si he hecho, y con gran placer, no voy a negarlo, es planificar, organizar y disfrutar en tribuna preferencial, demoliciones y reformas para edificar algo que sus antiguos ocupantes no reconocerían. Creo que ello me acerca más a lo que dice la Maestra Zen Charlotte Joko Beck:
“Hoy en día describimos el crecimiento personal con palabras como cambio y transformación. Buena parte de ese discurso es tonto y refleja muy poca comprensión real del asunto… muchas veces, el “crecimiento personal” …es un cambio superficial, como colocar un asiento más en la sala…Estamos aquí para retocar ligeramente nuestro modelo actual; y si el vehículo de nuestra vida es gris oscuro, buscamos pintarlo de color lila o rosa. Pero la transformación implica que el vehículo pueda desaparecer del todo, o quizás en lugar de un vehículo sea una tortuga. Sin embargo no deseamos siquiera oir hablar de semejantes posibilidades…”

En palabras de la maestra Joko:
"La práctica, el camino de la transformación, es un cambio lento hacia una nueva forma de estar en el mundo. Este camino puede ser terapéutico, claro está, pero ese no es su propósito…emana de una voluntad que se desarrolla lentamente a través del tiempo y que quiere ser lo que la vida nos pide que seamos.”


 

Dar aunque duela (o porque duele)

Es curioso que leyendo a la Maestra Zen Charlotte Joko Beck, descubrí que dar también podía ser una práctica espiritual:
“Los nuevos practicantes suelen tener ideas egocéntricas sobre la práctica: “Practicaré para lograr la iluminación”, etc.. Pero al contrario, la práctica consiste en dar, dar y dar. Sin embargo cometemos un error si adoptamos eso sencillamente como otro ideal…no debemos dar para conseguir los resultados que deseamos. Sin embargo, la mayoría de nosotros confundimos el acto de dar con motivos egocéntricos…”

Esas últimas líneas del texto citado nos alertan sobre el hecho de que no siempre el dar tiene la carga romántica que se le suele atribuir. Entonces como saber cuando dar y cuando no?. La maestra Joko dice:
“La práctica se trata en realidad de dar, aunque eso es algo que puede interpretarse equivocadamente, y por lo tanto debemos tener cuidado…¿Debemos dar a los otros todo lo que desean? A veces si y a veces no. En ocasiones debemos decir no, o sencillamente abstenernos de intervenir…No hay una fórmula y por eso necesariamente cometeremos errores, y está bien. Practicamos con los resultados de nuestros actos y eso toma tiempo. Quizas al cabo de muchos años comencemos a comprender la naturaleza del dar.”
Y como decía mi antigua sensei Jisen San: “En el budismo, quien da agradece por la oportunidad de dar.”.